No parece que se le hiciera mucho honor al slogan del Festival: "Rumba y Son Patrimonio de la Nación", porque independientemente que el espectáculo presentado en nuestro Teatro de Variedades fuera un homenaje a Pancho Quinto, ex integrante de Yoruba Andabo, me pareció que la influencia de la Rumba en el Son pasó a un segundo plano.

 En mi opinión, el orden utilizado por su Director Artístico no fue el más idóneo, pues teniendo en cuenta que la representación extranjera del espectáculo estaba basada fundamentalmente en el Son, incluyendo la poesía , que le daba el toque de lirismo al espectáculo, se le presentó al público después de la actuación de Raices Profundas, ( por cierto con una calidad incomparable) y seguido inmediatamente de Yoruba Andabo que como siempre comienza muy bien para después utilizar frases muy chabacanas por parte de su cantante y de esta manera dejar bien caliente la sala y lograr que el público obviara las restantes manifestaciones artísticas.
 
 Resultaron interesantes los homenajes a algunas personalidades precursoras de este tipo de manifestación cultural, patrimonio incuestionable de nuestro país.
 
 Muy bien por la agrupación Rumbalay de Cienfuegos, que posee muy buen acople en sus voces y de una manera muy refinada también hicieron vibrar el teatro con sus interpretaciones. A esto le siguió la actuación del grupo Aguari Yo y la culminación del espectáculo con la participación de integrantes de la tradicional comparsa "Las Jardineras".
 
 En general me parece que esta Gala del Festival Timbalaye cumplió el objetivo que se había trazado, regalando al público asistente lo que verdaderamente el público buscaba: El Patrimonio de la Nación, La Rumba.